Si alguien cree en el destino, esas somos nosotras, y en este caso sin lugar a dudas, estamos completamente convencidas de que Alan y Mamen estaban predestinados. Y es que su matrimonio no pudo ser más emotivo, sincero, y divertido. De esas parejas que las miras y sabes que tienen algo en común maravilloso…

Celebramos su boda un mes de verano, y todo el proyecto tuvo lugar en una de nuestras fincas amigas, Jardines de Abril. En ella recreamos tanto la ceremonia, como la cena y celebración. Diseñamos

tres espacios distintos y todos ellos seguían la misma estética romántica, con colores fríos y una flor súper bonita. Fue un enlace marcado por sorpresas, momentos inolvidables, y una coordinación exhaustiva por parte nuestra como wedding planner. La fiesta final, con actuación de fuego en directo incluida, fue impresionante, y hasta nosotras lo pasamos genial.

Aún nos emocionamos al recordar todo lo que hemos vivido con ellos.

Alan y Mamen